La importancia de la quema del mueble no se reduce sólo al “fallecimiento” del objeto sino a la creación de un lugar para el recuerdo de este, y como entra a formar parte en la memoria de los individuos que lo presenciaron. El lugar no sólo permite el recuerdo del suceso o acción, sino que es un rastro de los individuos, de sí mismos, rastros que les permiten reconocerse tanto de manera individual, colectiva y con el lugar.