«La ropa vieja.Los vestidos. Parte de nostros mismos , al usarlos, conservan un rastro de vida aunque quien los usó ya no exista. Y así, esa segunda piel del ser humano es un emblema metonímico de una presencia ausente».
MORUE, Gloria. Christian Boltanski: advenimiento y otros tiempos. Ed. Poligráficas S.A., 1996.Barcelona. pág.51