Vale sí, soy artista. No lo niego. He estudiado para ello cinco años y sigo formándome para tal efecto y hacer lo que me gusta; pero todo esto habría sido imposible sin mi familia. Corriendo el riesgo de ponerme sentimentaloide no puedo por menos, homenajearles y darles a cada uno de ellos el papel que tienen detrás de las piezas que hago. Aguantan mis comeduras de cabeza sin rechistar; de hecho, hacen todo lo posible por comprenderme (cosa bastante difícil) y nunca me niegan la ayuda para resolver problemas técnicos, morales o dar con el título adecuado.

Conseguir la andadura en solitario es difícil para una persona, pero más para una aspirante a artista.

Gracias equipo.